Entrevista del Sr. Cardenal Jaime Ortega Alamino, concedida a la CNN.


Trascripción íntegra de la entrevista   concedida por el Emmo. Sr. Cardenal Jaime Ortega Alamino, Arzobispo de La Habana,  a la periodista Lucía Newman  de la CNN (La Habana,  5 de junio de 2003).


Lucía Newman, CNN.


Sr. Cardenal, hace muy poco la Iglesia tuvo una actividad donde Usted hizo declaraciones, respondió a algunas preguntas, algunas han sido polémicas, pero el tema de fondo es el papel de la Iglesia Católica en la Cuba de hoy, especialmente ante la situación que enfrenta el país, con su gobierno, el incremento de la represión, la situación económica del país, que Usted tocó bastante en la Carta Pastoral de hace unos meses atrás. Entonces yo le preguntaría: ¿Cómo ve Usted el papel de la Iglesia Católica en la situación actual de Cuba?.


R/ Cardenal Jaime Ortega Alamino. 

         

En esta conferencia a la que Usted se refiere yo tomaba pie de unas declaraciones que un obispo auxiliar de Praga hizo al regresar de La Habana y  de  una breve estancia  en Cuba en las cuales decía que la Iglesia en Cuba, después de decir una frase    genérica: “la Iglesia no debe meterse en política, pero la Iglesia en Cuba debía apoyar más a la oposición”. Alguien me preguntó mi opinión acerca de lo que yo pensaba de esto y ahí tuve que expresar mi opinión, que creo que es el punto de vista de la Iglesia en Cuba, sobre el rol de la Iglesia en estos momentos. Creo que fue una frase muy poco feliz del obispo, porque la Iglesia no tiene que alinearse ni con el gobierno ni con la oposición,  desde un punto de vista político, porque es meter a la Iglesia en el campo de la política, lo cual es como negar el principio anunciado brevemente antes, entonces habría como una contradicción.

Pero lo que no  significa esta afirmación es que la Iglesia se mantenga como indiferente o neutra  ante los problemas del pueblo cubano, sus dificultades, carencias, sus angustias. Eso no puede ser, porque sería antievangélico. Es decir, la Iglesia no aborda la situación del ser humano, donde quiera que se encuentre, a partir de una postura política tal o cual, sino a partir de su misión, como la ha calificado tantas veces el Santo Padre Juan Pablo II, el Papa Pablo VI y Juan XXIII: la Iglesia es experta en humanidad.

En este aspecto no puede ser neutra. Digamos, si falta la libertad del hombre, si no hay justicia, si no hay participación política de los ciudadanos según las opciones personales de cada uno, es decir, yo no me tengo que adherir a tal o cual Proyecto, pero yo puedo manifestar  que estoy de acuerdo en que los ciudadanos del país tengan este, aquel o el otro proyecto, o que sean capaces de opciones libres para hacerlo. Ese es el rol de la Iglesia en cualquier momento, en cualquier parte. Es decir, la promoción de la dignidad humana, el de la defensa de los derechos del hombre. Casualmente cuando el Santo Padre estuvo en La Habana, hablándonos a los obispos de Cuba, en esta misma casa , nos decía de una manera muy clara: “La Iglesia  no puede permanecer insensible  a todo lo que sirve al verdadero bien del hombre, como tampoco puede permanecer indiferente a lo que lo amenaza”.

 

Lucía Newman, CNN.

 

Cardenal, una cosa es no mantenerse indiferente, pero  quizás  algunas criticas que ha recibido la Iglesia Católica es que no ha sido lo suficientemente fuerte  en su apoyo hacía ese clamor por mayor libertad, etc,  un apoyo quizás, o si no lo quiere llamar un apoyo, una postura más abierta, más fuerte, como por ejemplo, la ..... que hubo en Chile durante la dictadura de Pinochet, la Vicaría de la Solidaridad, jugó un papel muy importante en momentos en que no había otra voz. Entonces a veces se les hace esas comparaciones y esas críticas.

 

R/ Cardenal Jaime Ortega Alamino.          

 

Sí, yo creo que las situaciones son diversas, no solamente por la naturaleza del régimen de Pinochet y del régimen cubano, que son un poco diversas en cuanto a signos, uno de derecha y el otro de izquierda, hablando de una manera un poco...

 

Lucía Newman, CNN.

 

Solidaridad en Polonia, por ejemplo.

 

R/ Cardenal Jaime Ortega Alamino.          

 

Sí, pero bueno, vamos a atenernos primero a Chile. La Iglesia en Chile realmente tenía voz y podía prestar más su voz a los que no la tienen. No estuvo totalmente excluida de los medios de comunicación. La Iglesia estuvo   presente, en la medida de sus posibilidades, y supo hacerlo muy bien, usarlo muy bien. Por ejemplo, es muy lamentable,  para nosotros en Cuba, que cuando hacemos  una declaración solamente salga en el extranjero. Es decir, no es algo que llegue a nuestro pueblo, que  pueda conocer el pueblo cubano, sino a través de emisoras extranjeras que lo divulgan en Cuba. Por lo tanto, yo diría, uno de los elementos en  esta sociedad, de los distintos elementos, que han carecido de voz, que se han visto muy presionados en este orden de la manifestación de opiniones, etc., es la Iglesia. No es el mismo status que pudiera tener la Iglesia Católica en Chile. Es distinto, con una Universidad, un canal de televisión, con muchísimos medios a su  alcance para la comunicación.

 

Lucía Newman, CNN.

 

Ustedes tienen el púlpito.

 

R/ Cardenal Jaime Ortega Alamino.          

 

Sí, y desde el púlpito siempre orientamos a la población, lo que he ahí que no se puede convertir el púlpito en, esa es mi frase continua,   convertir el púlpito en una tribuna política. En lo que se refiere a las acciones que son injustas, que dañan al ser humano, que no hacen bien,  la Iglesia normalmente lo dice en cada instante. Ese púlpito no tienen mayor resonancia que las paredes de la Iglesia.

Es curioso como, por ejemplo, en una pieza de teatro en La Habana, en un estilo muy cómico, propio de comediantes, se dicen cosas extraordinarias, muchas veces críticas que tienen que ver  incluso con la misma ideología, en un teatro de La Habana. Pero, esto puede ser dicho  durante cinco o seis funciones en las cuales acuden quinientas personas a cada una de ellas y de ese recinto no hay ningún tipo de irradiación, sino solamente esas personas  que después comentan,  hablan, comunican, pero nada más.

Es decir, por tú haberlo vivido, haber conocido las dos situaciones, haber conocido de cerca la de Chile y la de Cuba, sabes que no es exactamente igual nuestra presencia. Primero, no es exactamente igual la Iglesia en su condición de...

 

Lucía Newman, CNN.

 

¿Usted se siente más vulnerable, la Iglesia Católica cubana se siente más vulnerable a las represarías del Estado?

 

R/ Cardenal Jaime Ortega Alamino.          

 

No es a las represalias, sino simplemente a la ineficacia de tomar actitudes de ese género de una manera, dijéramos sostenida, que pueda ocasionar, más molestias, pero no es eficaz debido a la incomunicación. No puede uno comunicar ampliamente con todos, con nuestro pueblo católico.

 

Lucía Newman, CNN.

 

Tengo entendido que la Iglesia ni siquiera tiene la autorización para tener Internet, ¿Es eso cierto?

 

R/ Cardenal Jaime Ortega Alamino.          

 

Es cierto, no tenemos Internet.

 

Lucía Newman, CNN.

 

Tienen una publicación que se llama Palabra Nueva, pero,  ¿cuánta distribución tiene?, ¿cómo se puede distribuir?

 

R/ Cardenal Jaime Ortega Alamino.          

 

En las iglesias las distribuimos.

 

Lucía Newman, CNN.

 

¿Solamente?

 

R/ Cardenal Jaime Ortega Alamino.          

 

En las iglesias se distribuye, sí. Aquí se hace llegar a algunas personas, que no van a la Iglesia, no son católicas, que la vienen a buscar aquí, que se les envía de algún modo por medio de alguien la revista. Las revistas, las publicaciones que hay no son publicaciones que estén aceptadas, porque se exige una inscripción en el Ministerio de Cultura de toda publicación, y nosotros no hemos inscripto nuestras publicaciones porque el reglamento de la ley significaría una especie de censura que no podemos aceptar.

 

Lucía Newman, CNN.

 

¿Entonces ustedes están en el filo de la ilegalidad con estas publicaciones?

 

R/ Cardenal Jaime Ortega Alamino.          

 

En alguna ocasión nos han dicho que son ilegales.

 

Lucía Newman, CNN.

 

Sólo para tener los datos,  ¿la Iglesia ha solicitado  licencia o permiso para tener acceso a Internet y se les ha negado?

 

R/ Cardenal Jaime Ortega Alamino.          

 

Muchas veces.

 

Lucía Newman, CNN.

 

Con la experiencia que tengo viviendo en Cuba, y aunque yo sé que la Iglesia, que Usted ha sido criticado últimamente incluso por un colega checo, de la Republica Checa, y otras personas en Miami, a mí me parece que a veces Usted y su Iglesia está entre dos fuegos. Entre aquellos que exigen que sean una voz más fuerte de los que no tienen voz y el Vaticano que da señales mixtas y un poco confusas, y  refiero ahora específicamente al episodio de  la inauguración del convento de las monjas de Santa Brígida, el representante del Papa que vino a Cuba y más incluso las últimas declaraciones del Papa en las que si bien pidió la liberación de los presos políticos y, por supuesto que habló en contra de los fusilamientos,  cuando el Presidente de la República respondió él también respondió, o el Vaticano respondió, de que todavía consideraban, que tenían fe y esperanza hacia Fidel Castro. O sea, era un mensaje muy conciliador en el que ustedes quedan un poco en el medio y aparentemente desamparados.

 

R/ Cardenal Jaime Ortega Alamino.          

 

Primero una aclaración muy breve acerca de este convento de las Brigidinas. No era un enviado de la Santa Sede, era un invitado de la congregación, de las monjas, el Cardenal que vino, no era un enviado del Vaticano...

 

Lucía Newman, CNN.

 

Trajo un mensaje del Santo Padre que se leyó en la Catedral.

 

R/ Cardenal Jaime Ortega Alamino.          

 

Hubo un mensaje que me dirigió a mí el Santo Padre. Claro, al venir un Cardenal a visitar, trae siempre un mensaje del Papa y me lo dirige a mí en esa ocasión. Pero no era un enviado, nunca fue un legado del Papa. El vino a título personal como invitado de estas Hermanas. Eso es algo diverso, dijéramos, de orden eclesial, pero que no entra en la política de la Secretaría de Estado, que es la que hace la política del Vaticano. No tiene que ver con la política religiosa de la Iglesia, que haya un designio en esto con respecto a Cuba, que esto signifique un jalón, un paso, un signo, nada esto, para nada. Es una cuestión simplemente de falta de acuerdo interno para hacer las cosas como se debe.

Pero, quitando esto, creo que la declaración del Santo Padre,  más bien del Cardenal Sodano, unos días después de enviar la carta, debe ser analizada  con más calma teniendo las palabras muy presentes. No hay ninguna referencia a la persona misma del Presidente Fidel Castro diciendo que esperan que él sea benévolo o que cambie, no es la persona. Hay solamente una referencia genérica “pensamos que nadie puede encerrarse en sí mismo hasta el punto que no sea posible entablar un dialogo en vista a la democratización”. Esa es la declaración, muy seria porque las palabras son siempre las mismas en todos  los periodistas que la refieren, creo que estaba escrita esa declaración del Cardenal Sodano en Castengaldolfo. Es un diálogo en vista de la reconciliación.

Después de decir que, evidentemente si no es diálogo lo que la Iglesia propone sería la guerra,  ¿qué nos corresponde a nosotros proponer?. Yo sé que la palabra diálogo es rechazada, por ejemplo, en Cuba por el Gobierno cubano y es rechazada también por algunos en el extranjero, de los cubanos que están en el exilio y comprendo por qué es rechazada. Porque ha sido manipulada la palabra. Ha habido un diálogo  que no ha sido en vista de la democratización o de la apertura política, si no un diálogo, como para lograr ciertos acuerdos entre la comunidad cubana en el exterior y el Gobierno de Cuba. Eso le ha sonado mal al exilio cubano. Y se comprende. La palabra está pues un poco como desacreditada. Pero, el indicar el objetivo del diálogo, para una democratización de Cuba, y decir que la Iglesia siempre espera contra toda esperanza, es lo que hemos dicho siempre.

Después insiste en la clemencia para esas personas que están presas y excluye cualquier tipo de acción como que pueda interferir en este diálogo. La Santa Sede tiene en Cuba a un Nuncio Apostólico, a los obispos y al Cardenal y  nos  cita por el nombre al Nuncio y a mí. Estas son las personas para dialogar. Pone en la realidad de un  diálogo por la democratización a los que pueden ser los interlocutores del diálogo concreto, en el lugar, y también la Santa Sede. Pero, hay que analizar la declaración de esa manera, no de otra, porque a veces que esa impresión vaga pasa a ser  contenido de lo dicho y es eso lo que altera la realidad.

 

Lucía Newman, CNN.

 

Pero Usted no cree que  debe haber muchos cubanos confundidos en estos momentos, que a una semana de la lectura de su Carta Pastoral, que fue muy impactante, que causó mucho revuelo y mucho interés, que  incluso miembros del Partido Comunista la leyeron, que a la semana hubo la apertura del nuevo Convento, el Presidente Fidel Castro fue, recibió la Orden más alta de las monjas Brigidinas, hubo toda esta cosa por la televisión, besos, abrazos, que incluye  a  todos menos su presencia, muchos se debieron preguntar ¿qué pasa aquí? ¿o no?.

 

R/ Cardenal Jaime Ortega Alamino.          

 

Ah, como no, se lo preguntaron, y vuelvo a lo que dije anteriormente, se actuó con un desconocimiento del obispo del lugar. La Iglesia  de Cuba tiene que defenderse mucho de que no sea su campo de  acción pastoral, un campo de experimentación, y que vengan hoy estas buenas Hermanas y hagan un proyecto de tipo creativo, festivo, muy idealista, en medio de una situación no apropiada para realizarlo, y que después venga un obispo checo que nos acuse a nosotros de ser  poco activos en el ataque al Gobierno y que no estamos con la oposición. Es  decir...

 

Lucía Newman, CNN.

 

Pues yo creo que sí,  ustedes están como el jamón en el sándwich.     

 

R/ Cardenal Jaime Ortega Alamino.          

 

Sí, en algunas ocasiones sí, pero la Iglesia tiene que mantener su línea muy clara, muy clara. No es fácil hacer distinciones  y mantener una situación de equilibrio, una sabia situación de equilibrio, cuando hay estos influjos que vienen de acá y de allá. Yo creo que por eso es importante que el Cardenal Sodano haya dicho: “estos son los que pueden y deben dialogar acerca de este tema, de la democratización, y están en Cuba,  y con la Santa Sede, y todos los demás que vengan de derecha o de izquierda,  de arriba o de abajo es como una interferencia en un terreno que no les corresponde.

De ahí viene mi molestia con respecto a este Convento de las Brigidinas. La Iglesia tiene su organización  canónica muy bien establecida y nada se hace sin el obispo del lugar. Entonces, yo autorizo su venida, de ellas, a Cuba evidentemente. Pero toda la construcción del Monasterio y toda la preparación de la inauguración y todas las invitaciones se escapan de mi mano y son hechas por ellas. He  ahí algo que no debe hacerse, como no debe tampoco un obispo checo venir aquí y visitar a algunos, no visitar al obispo del lugar, y después llegar y hacer  unas declaraciones, influidas claro está por la situación que vivió Checoslovaquia en su momento, muy distinta a la nuestra.

La Iglesia checa fue una Iglesia que vio nacer un grupo de sacerdotes, “Pacem in terris”,  llamados así, que se aliaron totalmente al gobierno comunista de Checoslovaquia. Entonces, frente a eso se produce un grupo de sacerdotes que, quizás minoritario, hace una reacción política y se considera de oposición. En  medio estaban algunas figuras grandes como el  Cardenal Tomasek, que con mucho equilibrio y con mucha firmeza manejó esa situación. Lo conocí en Roma hace veinticinco años, vivíamos en la misma casa religiosa, durante casi una semana y hacía muchos días que nos veíamos y él ni se acercó a saludarme porque estaba  siempre acompañado de un sacerdote en el cual él no confiaba. Cuando se vio solo vino a estrechar mi mano y a decirme cuan identificado se sentía conmigo como obispo, etc.

Es decir,  ante esa situación había una polarización, lamentablemente se logró dividir la Iglesia de Checoslovaquia. La Iglesia en Cuba ha mantenido una unidad, una unidad durante todo este período, siendo una Iglesia muy pequeña, pero con una unidad que ha evitado esto. Porque  no se trata de alinearse con el gobierno, ni de alinearse con la oposición, sino de mantener una independencia. Una independencia frente al poder civil, al poder que gobierna el país,  y frente a aquellos que impugnan ese poder también esa misma independencia.

Evidentemente, en la mentalidad oficial ser independiente significa ser contrario. Aquí en Cuba esto  ha sido el peso que ha llevado también la Iglesia, sobre todo en sus laicos, que han tenido que sufrir, que luchar mucho cuando han querido mantenerse fieles,  adhiriéndose a la Iglesia. Esto ha sido,  en medio de pruebas, de dificultades, el precio de esa independencia de la Iglesia considerada siempre desde el ángulo oficial como un rechazo o una oposición en cierto modo.

 

Lucía Newman, CNN.

 

Cuando el Presidente Fidel Castro dice que aquí hay plena libertad religiosa, que aquí se respeta la religión, que él es un gran admirador del Papa Juan Pablo II, cuando hace actos en el Palacio de la Revolución con personalidades de la Iglesia de México o de otras partes, ¿Usted le cree?

 

R/ Cardenal Jaime Ortega Alamino.          

 

No quisiera emitir un juicio acerca de esto. Yo puedo objetivamente no juzgar, porque hacer juicio de intenciones es quizás una cosa la cosa más peligrosa que hay en el mundo, con respecto a cualquier ser humano y no debemos hacerlo con respecto a nadie. Yo pudiera juzgar una interpretación de la libertad religiosa que es restringida. Una interpretación que tiene que ver con el culto, con lo específicamente religioso en la relación del hombre con Dios, pero no  con el mensaje cristiano en  relación al hombre en la sociedad, con la participación política del cristiano, con la participación del cristiano en la vida laboral, sindical, etc. Con respecto a esto los sistemas marxistas no han concedido nunca una plena libertad religiosa.

Ha habido una libertad de culto mayor o menor. En Cuba ha sido más amplia esta libertad de culto, quizás que en  algunos países del bloque socialista  ya desaparecido, pero no ha habido una plena libertad en el orden total. Esa libertad religiosa que reclama el Papa Juan Pablo II.  En cuanto a su admiración del Papa yo, tal vez como la veo, pienso que es real esa admiración que él experimenta con respecto al Papa.

 

Lucía Newman, CNN.

 

¿Qué  quisiera Usted, qué es lo que más quisiera que pueda suceder en este país en relación a las posibilidades de la Iglesia y también del pueblo cubano?.

 

R/ Cardenal Jaime Ortega Alamino.          

 

Yo he dicho en varias ocasiones en  entrevistas que me han hecho, en el mismo L’Osservatore Romano,  diario, he dicho que la suerte de la Iglesia depende de la suerte del país. Es decir, no se podría dar una plena libertad de la Iglesia en Cuba, una plena libertad religiosa, una plena acción pastoral, una participación plena de la Iglesia en los medios de comunicación social, si esas libertades y esas posibilidades no existen para todos. Porque sería un caso rarísimo una Iglesia que tuviera todas esas posibilidades y dijera su mensaje con claridad, entonces querría decir que eso ya ha llegado para todos. Eso es lo que yo deseo para todos. Y estoy convencido de que si no hay esto para todos, no lo habrá para la Iglesia.

 

Lucía Newman, CNN.

 

¿O sea, que ustedes también sufren las mismas penurias de la sociedad como Iglesia?

 

R/ Cardenal Jaime Ortega Alamino.          

 

Es eso.

 

Lucía Newman, CNN.

 

¿Las que Usted enumeraba con mucha con mucho detalle en su Carta Pastoral?

 

R/ Cardenal Jaime Ortega Alamino.          

 

Si, porque, dice el Papa, el camino de la Iglesia es el hombre, es el ser humano. Por donde pase el ser humano pasa la Iglesia porque, ¿quiénes son nuestros cristianos?.

 

Lucía Newman, CNN.

 

Una última cosita, una aclaración, leí también en los cables que Usted había dicho,   cuando se preguntaba sobre los partidos políticos, que Usted sí desearía que, aunque no es el papel de la Iglesia, pero que le gustaría que aquí hubiera uno, dos, tres cuatro partidos políticos, más pluralismo en ese sentido. ¿Es cierto?, ¿Usted dijo eso?.

 

R/ Cardenal Jaime Ortega Alamino.          

 

Yo lo dije, sí. Es mi opinión personal, yo creo que sí. Tomando de la frase misma de la carta del Cardenal Sodano, de un dialogo por la democratización, si yo tuviera que intervenir en un dialogo así, diría, yo recomendaría que hubiera, uno, dos, tres grupos de opinión diversos, partidos políticos, que la sociedad se expresara, presentara sus programas y hablara.

Es decir, yo cuando en una ocasión le dije a los periodistas:  la Iglesia no apoya ningún proyecto, como el “Proyecto Varela” o el proyecto “La patria es de todos”, no apoya ningún proyecto, pero apoya que haya proyectos. O sea, la  Iglesia apoya que haya opciones, porque estamos ahí hablando de valores profundamente humanos que hay que promover.

 

Lucía Newman, CNN.

 

O sea, ¿no es que Usted no lo apoye, sino que no apoya a alguno en particular, o no apoya ninguno?.

 

R/ Cardenal Jaime Ortega Alamino.          

 

Ni alguno en particular ni ninguno. Pero apoyamos las realidad de  que los ciudadanos de un país puedan crear proyectos y plantearlos socialmente sin que les cree un problema o grandes sufrimientos.

 

Lucía Newman, CNN.

 

¿Cómo describiría sus  relaciones en este momentos con la Iglesia, después de su Carta Pastoral,   que nunca fue respondida  directamente?

 

R/ Cardenal Jaime Ortega Alamino.          

 

¿Con la Iglesia?

 

Lucía Newman, CNN.

 

Con el Gobierno cubano.

 

R/ Cardenal Jaime Ortega Alamino.          

 

No sé, porque no he tenido ninguna oportunidad de confrontar esto con nadie, no ha habido ningún mensaje, palabras que me hayan sido dichas  al respecto, no puedo decir. Pero, yo creo que la Carta Pastoral hablaba con bastante claridad de muchos, no de todos los problemas existentes, pero de los problemas que son particularmente importantes para la Iglesia, la familia, la juventud, la pobreza de la gente, etc.

 

Lucía Newman, CNN.

 

Usted hablaba de la desesperanza.

 

R/ Cardenal Jaime Ortega Alamino.          

 

La desesperanza, incluso como motivación para emigrar. Motivación profunda. Yo creo que más bien, yo preferiría no tanto una respuesta, sino que consideraran  lo que dije y no tanto para responder sino para ver que puede haber de cierto en todo esto y mejorar la situación del pueblo cubano.